Ek Balam: Del legado histórico a una inminente destrucción
* El desarrollo de la comunidad aledaña provoca la llegada de compradores nacionales e internacionales, que construyen sobre los vestigios mayas
Por Víctor Rodríguez
Ek Balam, Yucatán.- La llegada del Tren Maya al sureste del país, que cruza la Península de Yucatán, ha generado un potencial de desarrollo en las comunidades aledañas, al grado de elevar la plusvalía de las tierras y, con ello, el arribo de compradores nacionales e internacionales, tal es el caso de Ek Balam.
Ubicado en el municipio de Temozón, a 26 kilómetros al norte de Valladolid y a 186 kilómetros al oriente de Mérida, por la carretera a Cancún, Ek Balam es un nombre en lengua maya yucateca, donde el vocablo “Ek” significa “Oscuro o Negro, Estrella o Lucero”, y “Balam” que significa “Jaguar”
En la Relación de Ek’ Balam, escrita en 1579 por el encomendero Juan Gutiérrez Picón se menciona que el nombre del sitio proviene de un gran señor que se llamaba Ek Balam o Coch Cal Balam, quien lo fundó y gobernó durante 40 años. (Datos del INAH)
El sitio arqueológico posee 45 estructuras y está rodeada por dos murallas concéntricas de piedra, y otra más que une a los edificios centrales, hay un juego de pelota y un arcodonde desembocaba un sacbé (camino sagrado), que en épocas antiguas conectaba a los reinos mayas, cuenta con estelas (monumentos labrados en piedra), incluida las llamadas serpientes jeroglíficas.
El sitio principal ha sido llamado la Acrópolis el cual es una elevación muy fortificada, y con sus 160 metros de largo por casi 70 de ancho y 31 de altura, se cataloga entre los edificios más grandes de Yucatán. Se han encontrado numerosos mascarones, frisos y estatuas pétreas con alusiones al jaguar y a grandes personajes de la ciudad, principalmente efigies de sus gobernantes, lo que nos muestra que se trató de una ciudad que estuvo al margen del culto a Kukulkán. (yucatan.gob.mx).
Y aunque la población aledaña no aparecía prácticamente en los reflectores, la llegada del Tren Maya al sureste y en especial por Yucatán, en los últimos meses las tierras se volvieron una oportunidad de desarrollo habitacional, turístico y económico para compradores nacionales e internacionales, elevando la plusvalía de los mismos.
Sin embargo, esa falta de arraigo y sentido de pertenencia, hacia una de las culturas más importantes de México, provoca la destrucción de vestigios arqueológicos que se ubican fuera del edificio principal de Ek Balam, plenamente identificados en esos predios de propiedad privada y que Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha desatendido.
Viviendas o piscinas construidas sobre basamentos arqueológicos (base o plataforma construida que sostiene una estructura, generalmente un templo o pirámide), sitios sagrados en la que se dice guardan los restos de sus dueños, hoy dan paso a construcciones de bloques y cemento, a casas vistosas.
Incluso, para evitar invertir en biodigestores para el almacenamiento de aguas residuales, los nuevos propietarios de predios han utilizado los chultunes (aljibe o silo excavado en la piedra, utilizado por los mayas para almacenar agua pluvial), a fin de instalar sus fosas sépticas. Hoy incluso, son refugios de la fauna silvestre y aves como el caso del pájaro toh, de singular belleza y que au cola ondea como un péndulo como de un reloj.